Hasta que un dia... su madre, la reina, le ordenó cubrirse para no agitar los ánimos de su hambriento pueblo quien, al verla calata, se la quería comer. Es así como la joven princesa juró por Dios y por la plata que la vestimenta que usase nunca iba a opacar su verdadera naturaleza, aquella que hace que toda niña se sienta una PRINCESA FELIZ
1 comentario:
queremos ver las fotos!!
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